9 señales de que vas por buen camino como emprendedor

Cuando empezás como emprendedor, enseguida te sentís agobiado por la cantidad de laburo y tareas que tenés que hacer. De hecho, no tenés muy claro para dónde tenés que ir. Por eso, acá te damos 9 señales de que sí, vas por buen camino.

1. Haces cosas que realmente te apasionan:

Obviamente, es mucho más fácil desarrollar todo tu potencial en el campo que elegiste o y que te gusta. En efecto, nuestras pasiones reflejan nuestras más profundas aspiraciones. Pero es clave elegirlas con cuidado y ser realmente eficaz, original y eficiente en ellas. Saber qué querés ser, hacer, y desarrollar, es una suerte y oportunidad única. Ahora que tenés tu idea y sabes dónde por dónde vas, el siguiente paso es encontrar muchos clientes y satisfacerlos siendo más que excepcional.

¿Y por qué ser excepcional? Porque los que no rompen los límites simplemente quedan en el olvido.

2. Entendés que la ejecución es más importante que encontrar LA idea adecuada:

Después de mucho tiempo de investigación procrastinación y dudas, gracias a tu intuición por fin encontraste el nicho adecuado. Encontraste el enfoque adecuado para el producto (o servicio) adecuado y estás listo para poner en marcha tu estrategia. Pero tené en cuenta que lo que realmente importa es la ejecución. La ejecución. La ejecución. Ejecutar. (No nos cansaremos de repetirlo).

¿Qué es la ejecución? Es la velocidad, la precisión, el compromiso, la intensidad y la calidad con que llevás a cabo tus acciones. Como buen estratega, vas a focalizar tu energía, tu tiempo y tu fuerza en la ejecución.

3. Generás buenas expectativas sobre los servicios/productos que ofrecés:

Lográs crear expectativas en torno al producto que ofrecés. Las personas con las que entras en contacto están dispuestas a hablar de ello con otras y/o a participar activamente, lo que hace que tu oferta sea todavía más atractiva. Estás en un círculo virtuoso. Generás entusiasmo y buena onda a tu alrededor. Estás subido a una ola de entusiasmo, y es ahí cuando tenés que redoblar tus esfuerzos.

Apuntá alto y hacé que tus ventas se hagan realidad para maximizar tu negocio, al mismo tiempo que mantenés la cabeza fría y vas derecho al éxito.

4. La derrota ya no es una opción:

Estás tan metido que le pusiste toda la garra. Estás tan comprometido que la derrota ya no es una opción.

Vas a triunfar, lo sentís, lo ves, lo tenés claro, , está en tu esencia y nadie ni nada te va a frenar, sencillamente porque se ha convertido en tu razón de ser.

Cada día está lleno de «victorias» que anotás y anotás bien, y que te dan una motivación que no se acaba.

Has puesto fin a cualquier chance de rendirte, excusarte o retroceder.

5. Contás con el aguante de los tuyos:

No hace falta decir que uno no puede lograr nada solo y que nunca hay que olvidarse nunca del rol de la gente cerca.

Tus más allegados hacen muchos sacrificios para que vos pueda alcanzar el éxito, con ánimos, apoyo moral y emocional, charlas, motivación, inspiración, consejos, guía y ayuda que no falla.

«Éxito» viene con muchas veces con largos periodos de bajón. Es verdad que detrás de cada éxito hay momentos de duda y de moral baja, de altibajos, y es gracias a nuestra gente que podemos seguir adelante.

6. Armaste tu «Equipo Ideal»:

Más allá del apoyo de tus allegados, que sigue siendo esencial y vital, nunca podrás ganar una guerra solo.

Has identificado claramente tus puntos fuertes y débiles.

Refuerzas regularmente tus puntos fuertes perfeccionando tus habilidades, y tienes la inteligencia y la humildad de delegar allí donde sientes que eres débil o no lo suficientemente competente. Sois un equipo complementario dedicado a su misión: tener éxito.

7. Tus finanzas personales y tus proyecciones financieras son buenas:

Hacer negocios siempre implica correr un riesgo, pero un riesgo que se calcula. Este riesgo implica una serie de preguntas:

¿Cuánto estoy dispuesto a invertir en este proyecto? ¿Qué me aportará este proyecto? ¿Será rentable? ¿Cuándo empezará a generar beneficios sustanciales? ¿Qué haré con esos beneficios? ¿Los reinvertiré? ¿De qué manera? ¿Aumentaré mi tesorería? ¿Cuánto tiempo y energía me llevará? etc…

En resumen, todas estas son preguntas que deben anticiparse antes de que lleguen los flujos de efectivo, porque la estrategia tiene que estar claramente elaborada con mucha anticipación, mucho antes de que empiece el proyecto.

8. Tus predicciones y proyecciones intuitivas son correctas:

Tus previsiones y proyecciones intuitivas resultan ser acertadas: El feedback que recibís confirma las proyecciones que hiciste. Esto reafirma tus decisiones. Tenés un producto sólido y eficaz que realmente suma valor a tu «público objetivo», y ellos te lo agradecen consumiéndolo, compartiéndolo y recomendándolo a sus contactos de la mejor manera posible.

Así que tenés embajadores que te respaldan y son, de hecho, parte de tu éxito.

9. Seguís aprendiendo cosas nuevas y las asimilás muy rápido, logrando verdaderos avances:

Descubrís nuevas habilidades que ni sabías que tenías (por ejemplo: conocimientos lingüísticos, capacidad de análisis, empatía en la gestión, persuasión comercial, mayor creatividad, etc.). Estas competencias se asimilan rápido.

Por eso, no existe el fracaso, porque aunque un proyecto no salga como esperabas, has aprendido mucho sobre vos mismo en cuanto a tus puntos fuertes, limitaciones y áreas de mejora.

En resumen, nunca perdés, o tenés éxito o aprendés.

Podés consultar acá nuestros servicios.

Fuente: Entrepreneurs : les 9 signes prouvant que vous êtes sur la bonne voie (entreprendre.fr)

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