Si la mayoría de las empresas reaccionaron con bastante rapidez a la crisis que nos ha envuelto, ahora se trata de poder resistir con el tiempo. Y esa es una historia completamente diferente …
A pesar de lo repentino y violento de la entrada del mundo en crisis, la mayoría de las empresas reaccionaron con bastante rapidez y se organizaron para tomar las riendas en los asuntos importantes.
Rápidamente, se crearon unidades de crisis que reunían al comité de gestión para diseñar e implementar un plan de continuidad comercial adaptado. Si hoy todas las empresas han tomado la medida de la crisis, la gran incógnita sigue siendo su duración. Y hasta la fecha, es difícil saber qué consecuencias exactas tendrá la crisis ya que las situaciones son dispares de una compañía a otra. La mayoría de las empresas deben gestionar una disminución o incluso una congelación parcial o total de la actividad. Por una vez, no es tanto el tamaño como el sector de actividad lo que cuenta. Por lo tanto, algunas empresas han cesado toda actividad, otros, por el contrario, experimentaron un pico de actividad sin precedentes, incluso otros han interrumpido su actividad, en países muy afectados por la pandemia (Italia, España…), entre otros.
Después del diagnóstico, la acción.
El primer reflejo de los departamentos financieros fue, por supuesto, conservar el efectivo tanto como sea posible. Para esto, las primeras acciones de los CFOs (Gerentes Financieros) fueron revisar los ingresos y egresos de efectivo durante los 2/3 meses consecutivos, pero también limitar los gastos y reducir las inversiones.
Sin embargo, para enfrentar la crisis, con el tiempo, la ayuda estatal será esencial para muchos. Algunas compañías han optado por la postergación del pago por un mes de las contribuciones sociales que vencían en marzo, otras han establecido un trabajo a corto plazo y han presentado un reclamo de compensación.
Lo aconsejable es llevar a cabo la gestión tal como lo hacen las start-ups: con revisión del modelo de negocio y ajuste permanente.
Punto clave
De por sí compleja, la gestión de la posición del cliente-proveedor se ha convertido en un infierno para los departamentos financieros. Deben ser responsables manteniendo el pago a los proveedores estratégicos mientras garantizan el apoyo de sus socios financieros (bancos e inversores), por un lado, y por el otro contacto con los principales clientes para que ellos, a su vez, también mantengan sus condiciones de pago.
¿Qué pasa después?
El otro problema relacionado con los proveedores estratégicos se refiere a los recursos materiales. Aparecen interrogantes sobre el suministro de insumos porque, si son importados requieren una logística más compleja. Algunas empresas puede ver esto como una oportunidad para revisar ciertos contratos de suministros. El gobierno tendrá que posicionarse para al menos favorecer las producciones argentinas. Para algunos expertos, precisamente porque habrá una falta de recursos y fondos, porque el Estado no podrá satisfacer todas las necesidades, una reflexión sobre los métodos de trabajo y los modos de producción será inevitable si se busca que sean duraderos. Sin duda será la ocasión para inventar nuevos modelos.
Por el contrario, los pesimistas predicen que las empresas con un patrimonio débil no saldrán de la crisis y que, en lugar de los cambios estructurales esperados, el primer reflejo de las empresas será, para ponerse al día, reactivar las cadenas de suministros conocidos… proveedores que no nos argentinos. La única certeza: esta crisis sin precedentes está alterando el equilibrio tanto a nivel micro como macro económico.
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